domingo, 19 de febrero de 2012

PALESTINA: algunos israelíes se alegran de la muerte por accidente de niños palestinos


El pasado jueves -16 de febrero- un autobús que transportaba niños palestinos de una escuela de primaria y una guardería del campo de refugiados de Shufat (Jerusalén) chocó contra un camión israelí en las cercanías del check point de Qalandia, en la entrada a Ramallah. Como resultado, 5 niños y un profesor murieron y otras 40 personas resultaron heridas, aunque al principio se creyó que las víctimas habían sido muchas más.
Las condolencias se sucedieron: embajadas, organizaciones, gobiernos y particulares, incluso hubo muchos israelíes que dejaron mensajes de solidaridad en páginas web de noticias palestinas. El presidente israelí Shimon Peres y el primer ministro Benyamin Netanyahu expresaron su “pesar” por lo sucedido y anunciaron que proporcionarían “a la Autoridad Palestina cualquier ayuda que se les requiriese.” Pero  todos estos actos de buena voluntad se vieron empañados por los comentarios que algunos israelíes dejaron en diversas páginas web. Por ejemplo, en la página de Facebook de la web de noticias israelí Walla News, aparecieron estos comentarios:






(TRADUCCIONES:
-Relax, son niños palestinos… / Parece que son palestinos… Dios lo quiera… / Dios quiera que sean palestinos / Genial! Menos terroristas!!! / Solo hay niños palestinos heridos, unos diez / Gracias a Dios que son palestinos. Espero que todos los días haya un autobús como este / Relax, es un bus con niños palestinos, recemos para haya muertos o al menos heridos críticos, geniales noticias con las que empezar el fin de semana…)


Y uno piensa: “Bueno, radicales hay en todas partes, seguro que si hubiese sido al revés algún palestino radical hubiese hecho lo mismo”. Y es cierto pero, a mi modo de ver, existe una diferencia: muchos de los comentarios, tales como “muerte a los árabes, ¿por qué les ayudamos?” “¿Podemos mandar otro camión?” o “Mandaría un tráiler doble para hacer desaparecer a todos esos mierdas” aparecieron en la página de Facebook del primer ministro Benjamin Netanyahu. Y sus asesores (o él mismo) ni siquiera se molestaron en eliminarlos. Imaginemos ahora el asunto a la inversa, con la página del presidente palestino Mahmud Abbas repleta de comentarios de este tipo contra niños israelíes muertos en un accidente de tráfico. Netanyahu daría una rueda de prensa para “demostrar al mundo cómo de terroristas son los palestinos, que están aliados con Irán y que quieren provocar un nuevo holocausto en Israel”, y todo el mundo en bloque condenaría el antisemitismo.
Y la diferencia se acepta como algo tan normal. Si las noticias de la tele hablan de un “terrorista palestino”, todo el mundo acepta que seguro que el palestino era terrorista (y a lo mejor lo era, pero por si acaso no lo dudamos nunca). Pero cuando un medio se sale un poco de la línea común y acusa a un soldado del ejército israelí de terrorismo, entonces pensamos: “Espera, espera, ¿por qué lo llaman terrorista? Qué ha hecho exactamente?”
Condeno a todo aquel que utilice el terror y la muerte para conseguir sus propósitos tanto aquí como en Honolulu, venga de donde venga. Y justamente por eso, llamemos a las cosas por su nombre, independientemente de quién las lleve a cabo.
Hace poco, una alumna 4º de periodismo me preguntó: “¿Y cómo se lleva entrevistar a terroristas?” Y a mí se me ocurrió hacer un experimento sociológico. Le contesté:

“Pues como se puede, comiéndose una los higadillos para que el tío siga hablando y poder contar cómo piensa y qué el mismo se ponga en evidencia. Una vez le pregunté a uno si creía que la violencia era necesaria para conseguir sus propósitos, y él me dijo: “Sí, hay que utilizar el idioma de las armas para que se enteren bien del mensaje, de que esta es nuestra tierra”. Yo entonces le pregunté: ¿Es necesario matar a niños, mujeres y civiles inocentes?” Y él dijo: “Sí, tienen que pagar un precio alto para que vean que vamos en serio”.

La alumna me escuchaba con disgusto, y yo le dije: “Horroroso, ¿verdad? Un terrorista de tomo y lomo.” Ella asintió. Entonces yo le dije: “Pues no era un terrorista de Hamas, era un general israelí al mando de una división de tanques que participó en la guerra de Líbano de 2006 y en la masacre de Yenín en 2002.” Se quedó de lo más sorprendida. Luego le reconocí que algunos miembros de Hamas a los que había entrevistado también habían expresado sus opiniones en la misma línea (aunque tengo que decir que se preocuparon de suavizar y argumentar el mensaje un poco más). Pero lo importante no es quién hace sino qué hace. Y lo haga quien lo haga, llamemos a las cosas por su nombre y pasemos a todos por el mismo rasero. 

2 comentarios:

  1. Guau!
    Pedazo de post!
    Espeluznantes los comentarios de facebook. como dices radicales habrá en ambas partes, pero no entiendo ningún radicalismo, no entiendo los ismos. son niños! lo demás da igual.
    El general israelí... no comment, él mismito explica perfectamente cómo funcionan las cosas cuando la política requiere la guerra. para mear y no echar gota.

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  2. Buen trabajo. Sigue así, que ya tienes seguidores adictos a tus noticias desde Palestina.
    Un abrazo desde Barcelona!

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